De libros a mangas

Honestamente nunca he sido muy fan de la literatura en general. La literatura se me presentó más bien como algo que debía leer por obligación, para escribir mejor y ganar agilidad. No solo en el colegio me hacían leer, lo que resulta bastante común, sino que mi padre deseaba que tuviera afición por la lectura y para ello me hacía leerme las colecciones de libros de mis hermanas mayores. En cualquier caso, nunca me dieron a elegir qué libros o de qué géneros podía leer.


Los libros nunca me han gustado especialmente y supongo que ha sido por esto. Si pudiese volver atrás tal vez pediría una mayor libertad. Encuentro interesantes a aquellos que se dedican a la lectura por gusto y que te hablan sobre aquello que están leyendo con ilusión; incluso te hacen recomendaciones para que te integres en su pequeño mundo.


Por mi parte siempre me he sentido atraída por el arte y el dibujo, me gusta mucho aprender sobre el estilo de otros. Además siempre he presentado grandes dotes para la escritura de historias y la disfruto. Cuando veo una película la veo con otros ojos; estoy cansada de los finales predecibles y de los recursos que se repiten en millones de películas para representar algo, más bien disfruto de aquellas con impredecibles finales y que saben relacionar bien los sucesos de la historia que se dan al principio con los del final. Este tipo de obras, ya sean cinematográficas o literarias, son las que yo disfruto. Es en ellas en las que me fijo y de las que aprendo a la hora de crear mis propias historias.


Tuve suerte hace un par de años de juntarme con un grupo de personas que me mostraron otro tipo de historias nuevas; las de origen japonés. Por pereza y por amor por el arte, el colorido y el trabajo de los animadores, comencé a ver series de anime. No obstante todas ellas han sido adaptadas a series de animación a partir de obras escritas: mangas, y como muchas de estas historias no han terminado de ser adaptadas, mi impaciencia me llevó a leerlas en vez de esperar para ver cómo acababan. De esta forma me enamoré de este nuevo género literario.


Haber tenido la oportunidad de descubrir el mundo del anime y el manga es algo que me llena de felicidad; por fin soy capaz de leer algo por mi cuenta y no por obligación. Se trata de una mezcla perfecta de mis dos pasiones, el dibujo y las buenas historias. Este tipo de obras cuentan con un gran soporte visual por lo que no son escritas en su totalidad, pero todas esconden un intenso trabajo por parte de sus creadores; ya que además de invertir su tiempo en crear su obra también lo invierten en ilustrarla.


Es por todo esto que terminé uniéndome a mis compañeras; para crear una página en la que cada una pudiera hablar sobre aquellas obras literarias que le entusiasmaran. De esta forma y gracias a nuestras diferencias en cuanto a gustos, cada una criticará el tipo de obra que desee independientemente de su género. Yo por supuesto, cubriré el manga en sus variedades.


Adele Orduna.


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